Anibal Alberto Lobasso* En la sesión del pasado miércoles, el peronismo y/o kirchnerismo y/o como lo quieran pintar; mostró la hilacha. Habrá que investigar si con la anuencia del gobierno nacional, que por medio de manejos espurios y a escondidas del pueblo, contribuyó para que el cuerpo rechazara la tan ansiada Ficha Limpia y, de esta manera, rescatar a la máxima autoridad del Partido Justicialista (PJ) y permitirle que pueda participar en las próximas elecciones. Los esbirros de Cristina con diferentes artilugios instalaron la falsa premisa de la proscripción de su jefa y del partido. Una falacia total.
Del bloque de senadores peronistas no esperaba otra cosa: seguir defendiendo a corruptos y ladrones, y por lo tanto otorgar el beneficio y la posibilidad de que ocupen una banca, con el agregado de ser protegidos por los fueros y, de esa manera, lograr su impunidad hasta el día de su muerte, que por extraño que parezca tiene la misma propiedad del fuego: Todo lo purifica. La muerte tiene esa rara virtud, cuando llega el instante final convierte a delincuentes y corruptos en mártires y grandes estadistas. Para corrobar lo dicho basta recordar lo sucedido con Carlos Menem y las loas a Nestor Kirchner, el mayor corrupto de la historia argentina, homenajeado en todo el país, con plazas, puentes, calles. Sin ir más lejos, nosotros en nuestra ciudad hemos homenajeado a la ex presidente, doblemente condenada por defraudar al Estado Nacional, bautizando la Casa de la Mujer con su nombre.
Gran parte del pueblo argentino ha tenido una nueva frustración, al ver cómo era rechazada la Ley de Ficha Limpia, luego de largos años de vanos intentos. Parecía que esta vez se haría realidad, pero lamentablemente tuvo más preponderancia el mantener a delincuentes en sus cargos y convertir a la política en una actividad clandestina y al Congreso en un refugio de ladrones. Realmente daba vergüenza ajena y también asco ver a los senadores peronistas a los abrazos y a los gritos festejando el triunfo de la prostitución de la política y el haber rescatado a su jefa de los brazos del lawfare.
En el párrafo anterior dije gran parte del pueblo argentino, dado que otra parte sigue avalando con su voto conductas reprochables por parte de pungas que dicen representar al pueblo.
Por más que existen pruebas contundentes y testimonios ensordecedores, siguen manifestando que es un montaje, o una historia guionada por TN, La corpo o La Nación, la burocracia empresarial y un rosario de sandeces, con tal de defender lo indefendible. Buscan justificarse con la aborrecible frase “roban pero hacen”. Con este accionar son participes necesarios de nuestra decadencia.
Gran parte de nuestra decadencia como sociedad y de nuestra crisis republicana se debe a que votamos por disciplina partidaria, porque tal o cual me dio un plan o porque acomodó a un familiar con alguna planta en el Estado, no importándonos que es lo mejor para nuestra Argentina.
Estos senadores que votaron el rechazo por la Ley de Ficha Limpia, han formado con la complicidad de gobiernos locales, fuertes y extensas redes clientelares para seguir manteniendo miserables cuotas de poder y seguir estafando a los argentinos y lo que es peor aún, traicionar a su propia patria.
Sin embargo, cuando asumen sus cargos, juran por Dios y por la Patria, lamentablemente la Patria, hasta donde yo sé, no demandó a nadie, tal vez por el paupérrimo desempeño de nuestros jueces y fiscales (salvo honrosas excepciones); y tampoco tengo pruebas fehacientes que Dios haya castigado a algunos de estos siniestros personajes remitiéndolos al infierno, quizás porque es demasiado misericordioso.
Sin duda alguna lo hecho por los senadores, que dicen defender los intereses de los argentinos, está muy lejos de ello, la escisión entre la dirigencia política y la sociedad es abismal. Quedó claramente demostrado que actúan corporativamente para salvar su trasero y cuidarse las espaldas unos a otros, no vaya a suceder que alguno de ellos caiga en desgracia por culpa de las tentadoras y suculentas cajas del Estado y necesite que sus colegas le tiren un salvavidas. Ergo nadie va a escupir el asado.
Lo único que nos queda es pensar que en pocos meses renovaremos la mitad de la Cámara de Senadores y un tercio de la Cámara de Diputados. De nosotros y de nuestra voluntad depende que sentemos en las bancas del Congreso a personas honestas y probas, y castiguemos con nuestro voto a estos ladronzuelos que lo único que hacen es calentar un sillón, discutir estupideces, pelearse para la gilada, o presentar Proyectos de Declaraciones, estableciendo el día del pingüino o la fiesta nacional del chorizo o el día nacional del cornudo y/o cornuda y/o cornude, esto último para utilizar el lenguaje inclusivo y no dejar a nadie afuera.
Pero nada serio que beneficie o lleve soluciones a los innumerables problemas que nos aquejan.
Estimados compatriotas, hagamos un promedio de la cantidad de veces que sesionan nuestros representantes y las horas que trabajan. Sin duda se asombraran de lo que ganan, en detrimento de los jubilados, docentes, médicos, enfermeras fuerzas armadas y de seguridad. Habría que pensar pagarles sus dietas por productividad.
Por el bien de nuestra ARGENTINA, en octubre botemos a estos rateros y votemos responsablemente.
*El autor de la nota es politólogo