| 18 de febrero

Discusiones salariales y la miopía sobre las políticas públicas

Como sucede a partir del mes de febrero todos los años, una vez más nos encontramos con la explosión de demandas salariales por parte de los gremios de empleados públicos de la provincia. Este 2014 viene, en este tema, con la particularidad de reclamar, como en el caso del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF) o la Asociación Fueguina de Empleados Públicos (AFEP), un aumento que ronda el 40 %, dejando, en el primer caso, el sueldo mínimo en casi nueve mil pesos, en con

Como sucede a partir del mes de febrero todos los años, una vez más nos encontramos con la explosión de demandas salariales por parte de los gremios de empleados públicos de la provincia. Este 2014 viene, en este tema, con la particularidad de reclamar, como en el caso del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF) o la Asociación Fueguina de Empleados Públicos (AFEP), un aumento que ronda el 40 %, dejando, en el primer caso, el sueldo mínimo en casi nueve mil pesos, en consonancia con los aumentos arrancados a los Estados provinciales hacia fines de 2013 por parte de las policías provinciales.
Es importante destacar que ya se firmó el primer acuerdo entre el Gobierno provincial y la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), dando un primer alivio en la compleja trama de negociaciones salariales que esperan al gabinete de Fabiana Ríos. Restan los encuentros a mantenerse con SUTEF, ATE, AFEP, entre otros. Es de relevancia,  considerar algunos aspectos que hacen, de manera indirecta, a la agenda política fueguina del resto del año.
Es elemental, en economía, recordar que mientras los recursos son finitos, las demandas son infinitas. De lo que se trata, en un proceso de libre asignación de recursos, es de alcanzar el máximo nivel de eficiencia libre, en la medida que se pueda, de las interferencias que reasignen esos recursos allí donde no hayan sido colocados primeramente.
El problema, cuando se asignan con interferencias de una mano estatal, es que se mal aprovechan los escasos recursos existentes, teniendo así menor nivel de capitalización la economía en cuestión. Como en materia presupuestaria la asignación se produce con un criterio político, es decir, de acuerdo a lo que un grupo de funcionarios sentados en su mullido sillón establezca, la asignación de los más todavía escasos recursos estatales.
Sin embargo, podemos no caer en el simplismo – o pesimismo-, de suponer que siempre la asignación de recursos por parte del funcionariado sea, a priori, ineficiente. Vale rememorar los catálogos de reclamos que los gremios que hoy demandan aumentos salariales para darnos cuenta de las notorias deficiencias que son objeto de preocupación de trabajadores de la sanidad y la educación, hasta que se firman las actas y acuerdos en reuniones paritarias. En materia de sanidad, si bien los indicadores en materia preventiva son positivos en la población fueguina, es evidente que en Ushuaia se vuelve imperiosa la construcción de un nuevo nosocomio que cura la demanda en la zona este, atendiendo la población de tan populosos barrios como La Oca, Los Morros, San Vicente, 640 Viviendas, Mirador del Fernández, Mirador del Beagle, Parque Industrial, entre otros. Si a esto sumáramos que Ushuaia es una zona de alto riesgo en materia de actividad sísmica, un eventual movimiento tectónico de placas cortaría – literalmente-, las comunicaciones a través de los puentes ubicados en el Arroyo Grande sobre las avenidas Héroes de Malvinas y Perito Moreno, incrementando exponencialmente el peligro a que se vería sometida la población de esos barrios a causa de la negligencia cuya complicidad compartirían, sin lugar a dudas, las autoridades sanitarias que no llevan adelante los proyectos de obra necesarios para encarar la construcción de un nuevo hospital y los gremialistas que no ponen énfasis en los reclamos de políticas sanitarias en términos sustanciales y no meramente formales.
En materia educativa, si bien el SUTEF focaliza sus reclamos seguidamente en los relevamientos sobre la infraestructura y las condiciones de seguridad de los establecimientos existentes y proyectados por el Poder Ejecutivo Provincial; es interesante considerar que los carriles de las políticas educativas en el mundo incorporan progresivamente tecnologías de información y comunicación que ubican a la Argentina sumamente rezagados de lo que constituyen las últimas novedades.
La cada vez menor provisión de libros para dar lugar a contenidos interactivos digitales en consonancia con los vínculos en red que tiene Internet; la instalación de pizarras electrónicas en las aulas; la contemplación de las capacidades y habilidades para un mundo que atraviesa cambios cada vez más vertiginosos para afrontar las profesiones del futuro y una adaptabilidad a los segmentos laborales imprevisibles a que hace referencia Axel Rivas en su libro “Viajes al Futuro de la Educación”, donde más que razonablemente especula con que un niño que en 2013 ingresó a la sala de 3 años, terminará la escuela secundaria en 2028; son tres ejemplos de lo que una política educativa realista para el mundo tan flexible característico del siglo XXI debería poder contemplar, en un marco colaborativo codo a codo entre los distintos grupos que forman parte de la comunidad educativa.
No es posible transformar las expectativas de lo que las discusiones sobre políticas públicas a mediano y largo plazo deben ser en una simple nota, pero sí debe marcarse un camino de lo que una realidad presupuestaria debería comenzar a reflejar progresivamente.
Fuente: www.shelknamsur.com
 
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