Resulta contradictorio el discurso del gobernador Gustavo Melella, quien se pronunció a favor del paro general de este miércoles 24 de enero diciendo que la situación es grave y compleja como consecuencia del ajuste por inflación; dejando de lado que los últimos aumentos salariales acordados con los gremios estatales han sido menores al índice de inflación. En lugar de sumarse a protestas, ¿por qué no reabre paritarias ofreciendo aumentos salariales al básico por encima de la inflación?
El mandatario fueguino, en un encuentro mantenido este martes en la ciudad de Río Grande con la Confederación General de Trabajadores (CGT), manifestó su apoyo al paro general convocado por la central gremial y dijo que «la inflación crece y hay caída de salarios, enfriamiento de la economía y la producción, con lo cual se ataca los puestos de trabajo directamente». Repasando los últimos acuerdos salariales, en octubre de 2023, el entonces ministro de Economía, Federico Zapata, informaba que los escalafones Seco, Salud, Docente, Personal Civil de la Policía, las fuerzas de seguridad (incluido el Servicio Penitenciario), Unidad Provincial de Manejo del Fuego, guardaparques, personal de canales de televisión y aeronáuticos, percibiría por boleta complementaria durante octubre, noviembre y diciembre, pagos de entre 24 y 36 mil pesos dependientes del mes y la particularidad de cada escalafón, para los sueldos de hasta 600 mil pesos. En el mes de noviembre, el gobernador rubricó un aumento salarial al básico del 10% que absorbería la suma fija, dejándola sin efecto. Estos datos, además, deben ser puestos en contexto con el valor de la canasta familiar básica, que indica que para no ser pobre en Tierra del Fuego, una familia de cuatro integrantes necesita 846 mil pesos al mes de diciembre de 2023. Un adulto requiere $117.621 para no ser indigente y $274057 para no ser pobre. En el caso de un agente del escalafón seco de la administración pública provincial con diez años de antiguedad no supera los trescientos mil pesos mensuales.
Sin lugar a dudas que el discurso de Melella en contra de la licuación de los sueldos por inflación cae bruscamente apenas se lo contrasta con las prácticas que su gobierno ha llevado adelante: aumentos por debajo de la inflación mientras el cobra varios millones de pesos cada mes y sus funcionarios perciben dietas que superan el costo de la canasta familiar básica; paritarias cuyas mesas técnicas con sindicatos como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que informan los acuerdos alcanzados mientras sus dirigentes eternizados en el poder y con causas judiciales por venta de viviendas que eran del gremio, son poco difundidas; sumas fijas que luego son eliminadas al ser absorbidas por porcentajes que no equivalen a la inflación; entre otros puntos oscuros de un Ejecutivo que tiene un discurso de izquierda para dirigirse al Gobierno nacional y costumbres de derecha para acordar aumentos salariales.